
Ganando las batallas
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Sentirse derrotado no siempre es malo. Aún más, éste es un sentimiento normal que todos hemos experimentado. Tal vez no nos gusta reconocer nuestra debilidad y fragilidad humana, por eso nos gusta ver historias de héroes, nos identificamos cuando vemos que están a punto de sucumbir y que resisten un tantito, precisamente cuando logran escapar y liberar a los demás. Así fue la vida de David, El refleja muchas de las características de Jesús. David tuvo un encuentro con esa gracia de Dios que cambia vidas. Hoy vamos a ver la segunda parte del Salmo 18 que Él escribió:
Salmo 18:16-28
16 “Envió desde lo alto; me tomó, Me sacó de las muchas aguas.
17 Me libró de mi poderoso enemigo, Y de los que me aborrecían; pues eran más fuertes que yo.
18 Me asaltaron en el día de mi quebranto, mas Jehová fue mi apoyo.
19 Me sacó a lugar espacioso; Me libró, porque se agradó de mí.
20 Jehová me ha premiado conforme a mi justicia; Conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado.
21 Porque yo he guardado los caminos de Jehová, Y no me aparté impíamente de mi Dios.
22 Pues todos sus juicios estuvieron delante de mí, Y no me he apartado de sus estatutos.
23 Fui recto para con él, y me he guardado de mi maldad,
24 Por lo cual me ha recompensado Jehová conforme a mi justicia;
Conforme a la limpieza de mis manos delante de su vista.
25 Con el misericordioso te mostrarás misericordioso,
Y recto para con el hombre íntegro.
26 Limpio te mostrarás para con el limpio, Y severo serás para con el perverso.
27 Porque tú salvarás al pueblo afligido, Y humillarás los ojos altivos.
28 Tú encenderás mi lámpara; Jehová mi Dios alumbrará mis tinieblas.”
I. David enfrenta crisis emocionales y de poder.
A. Me sacó de las muchas aguas
Cuando estamos en una turbulencia emocional, sentimos que nos ahogamos. Lo que vemos en el Salmo es que David lo declara, reconoce su vulnerabilidad emocional. Estamos en una sociedad que nos enseña que debemos mostrarnos fuertes y nos ponemos las máscaras de que nada pasa. Esa misma actitud ha causado grandes transtornos de personalidad. El mismo Jesús se expresó cuando se sentía en una crisis. Él dijo tengo una angustia de muerte, reconocer lo que nos pasa emocionalmente es una práctica saludable y las emociones son un regalo que nos enseñan que hay cosas que debemos de tratar.
B. Me liberó de mi poderoso enemigo y de los que me aborrecían.
David reconoce la superioridad de sus enemigos y sus adversarios. Establece un principal, el príncipe de este mundo, un jefe que influencia a todos los demás, así funciona la guerra espiritual, ese adversario influencia a las personas que tenemos alrededor, pero no debemos tomar las cosas personales es una dinámica que Jesús vino ha establecer. Él vino a traer el reino de Dios aquí en la tierra y confronta las tinieblas que opera en nuestros corazones. Cuando Judas lo iba a traicionar, en ese momento, entró Satanás en su corazón y Jesús le dijo lo que tienes que hacer hazlo pronto.
C. Me asaltaron en el día de mi quebranto
David explica cómo vienen las crisis emocionales y de poder, en las crisis estamos impotentes y por eso nos describe el proceso para superar las crisis.
1. Aunque somos limitados y vulnerables podemos tener confianza en esa fuerza superior a nuestros problemas. Él nos invita para hacer cambios que nos van a traer libertad. Queremos tener el control de todas las cosas y eso es imposible, ni con toda la plata del mundo ni el poder, nada nos garantiza el éxito al cien por ciento.
2. Me saca a lugares espaciosos.
Después de depositar la confianza en Dios, viene paz, es ahí donde descubrimos posibilidades ilimitadas y entramos en un proceso de liberación donde rompemos hábitos destructivos.
II. David nos habla de que debemos disciplinarnos y que a cambio vamos a recibir premios y recompensas.
A. La justicia trae premios.
Esto significa que todos debemos ser balanceados y no abusarnos de nadie. Debemos tener medidas correctas en toda negociación que hagamos, el único justo que nunca falló fue Jesús. Por eso nosotros tenemos una justicia que proviene de la fe en Jesús, a través de la fe, obtenemos esas medidas perfectas que solo Dios tiene. El mayor premio que podemos tener es un sentido de logro en lo que hacemos, esto no se cuantifica solo con dinero o reconocimiento de los demás.
B. La limpieza de manos trae recompensas.
Cuando hacemos un examen de conciencia, podemos perdonar y perdonarnos los errores, podremos aprender y cambiar de modo de actuar. Lo maravilloso es que solo esto nos trae una mejor vida, pero además vamos a ver situaciones que nos van a favorecer por el puro favor de Dios.
C. La fidelidad trae misericordia, rectitud, salvación en la aflicción y luz en las tinieblas.
La fidelidad ocurre cuando ejercemos autocontrol y cuando nos guardamos de nuestra propia maldad, de no permitir el orgullo y la perversión.
Cuando reconocemos nuestra vulnerabilidad en las crisis emocionales, del poder recibimos una liberación, llegamos a tener lugares espaciosos con premios y recompensas. Para esto necesitamos ejercer el autocontrol, buscando tener medidas justas a través de la fe en Jesús, un corazón limpio, perdonador y la fidelidad de aceptar el trato que Dios trae a nuestras vida para perfeccionarnos en el propósito por el cual el nos creó. David falló, fue injusto matando el esposo de la mujer que codició, derramó mucha sangre con sus manos y en muchas ocasiones fue infiel, sin embargo siempre estuvo dispuesto a arrepentirse y aprendió de sus errores. Hacer esto le trajo liberación, lugares espaciosos, premios y recompensas
Venciendo aún cuando me siento derrotado
Hanssell Morúa
Hanssell Morúa 11 abril 2021
La vida la podemos describir como una constante batalla. Así la vivió el rey David. El enfrentó desde pequeño a fieras salvajes por cuidar a las ovejas. Sus hermanos lo […]
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