
Un reino sin gloria: Roboam
Roboam fue el cuarto rey que recibe el reino unificado de Israel y Judá, después de su padre Salomón. Éste al no escuchar el consejo de los ancianos, el reino […]
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Un reino sin gloria: Roboam Hanssell Morúa
Abías, el rey de Judá, vence a Jeroboam rey de Israel con un ejército más pequeño y con muchas desventajas. Vemos que Dios repite la historia de un pequeño derribando a un gigante. Abías derrota un ejército de ochocientos mil hombres con la mitad de hombres. Cuantas veces nos hemos visto incapaces de realizar tareas que parecen como imposibles. El rey Abías no se dejó impresionar por la intimidación que tuvo de parte de Jeroboam y se mantuvo firme dependiendo de Dios.
Escuchemos cómo obtener grandes victorias espirituales que glorifiquen el nombre de Jesús.
II Crónicas 13: 3, 5-20
3 “Entonces Abías ordenó batalla con un ejército de cuatrocientos mil hombres de guerra, valerosos y escogidos; y Jeroboam ordenó batalla contra él con ochocientos mil hombres escogidos, fuertes y valerosos.”
5 ¿No sabéis vosotros que Jehová Dios de Israel dio el reino a David sobre Israel para siempre, a él y a sus hijos, bajo pacto de sal?
6 Pero Jeroboam hijo de Nabat, siervo de Salomón hijo de David, se levantó y rebeló contra su señor.
7 Y se juntaron con él hombres vanos y perversos, y pudieron más que Roboam hijo de Salomón, porque Roboam era joven y pusilánime, y no se defendió de ellos.
8 Y ahora vosotros tratáis de resistir al reino de Jehová en mano de los hijos de David, porque sois muchos, y tenéis con vosotros los becerros de oro que Jeroboam os hizo por dioses.
9 ¿No habéis arrojado vosotros a los sacerdotes de Jehová, a los hijos de Aarón y a los levitas, y os habéis designado sacerdotes a la manera de los pueblos de otras tierras, para que cualquiera venga a consagrarse con un becerro y siete carneros, y así sea sacerdote de los que no son dioses?
10 Mas en cuanto a nosotros, Jehová es nuestro Dios, y no le hemos dejado; y los sacerdotes que ministran delante de Jehová son los hijos de Aarón, y los que están en la obra son levitas,
11 los cuales queman para Jehová los holocaustos cada mañana y cada tarde, y el incienso aromático; y ponen los panes sobre la mesa limpia, y el candelero de oro con sus lámparas para que ardan cada tarde; porque nosotros guardamos la ordenanza de Jehová nuestro Dios, mas vosotros le habéis dejado.
12 Y he aquí Dios está con nosotros por jefe, y sus sacerdotes con las trompetas del júbilo para que suenen contra vosotros. Oh hijos de Israel, no peleéis contra Jehová el Dios de vuestros padres, porque no prosperaréis.
13 Pero Jeroboam hizo tender una emboscada para venir a ellos por la espalda; y estando así delante de ellos, la emboscada estaba a espaldas de Judá.
14 Y cuando miró Judá, he aquí que tenía batalla por delante y a las espaldas; por lo que clamaron a Jehová, y los sacerdotes tocaron las trompetas.
15 Entonces los de Judá gritaron con fuerza; y así que ellos alzaron el grito, Dios desbarató a Jeroboam y a todo Israel delante de Abías y de Judá;
16 y huyeron los hijos de Israel delante de Judá, y Dios los entregó en sus manos.
17 Y Abías y su gente hicieron en ellos una gran matanza, y cayeron heridos de Israel quinientos mil hombres escogidos.
18 Así fueron humillados los hijos de Israel en aquel tiempo, y los hijos de Judá prevalecieron, porque se apoyaban en Jehová el Dios de sus padres.
19 Y siguió Abías a Jeroboam, y le tomó algunas ciudades, a Bet-el con sus aldeas, a Jesana con sus aldeas, y a Efraín con sus aldeas.
20 Y nunca más tuvo Jeroboam poder en los días de Abías; y Jehová lo hirió, y murió.”
I. No dejándonos impresionar de las circunstancias adversas.
A. Abías solo tenía la mitad de los hombres de su oponente.
Además, todos los guerreros eran escogidos y valientes pero los de Jeroboam sobrepasaban en que eran fuertes.
Los ojos de la razón y de lo natural no siempre nos dan un cuadro correcto de lo que está pasando. El plano natural nos puede descorazonar porque somos limitados y las fuerzas de la naturaleza nos pueden causar desastres. En su lugar, debemos interpretar los acontecimientos viendo el macro espiritual y siendo buenos administradores.
B. El macro espiritual lo obtenemos de la Palabra de Dios, sus promesas y los pactos que Dios hace con su pueblo escogido.
Dios había dado el reino de Israel a David para siempre. Abías utiliza la promesa para enfrentar la batalla. Debemos ser específicos en lo que hacemos y encontrar una palabra que Dios nos pone en el corazón para actuar. Sin este fundamento lo que hagamos podría ser en vano.
C. Hay que desechar el doble ánimo y los malos consejos. Abías interpreta que su padre no pudo mantener la unidad por falta de buen consejo y por tener un corazón doble.
II. Ejercitándonos en las disciplinas espirituales.
A. Amar la vocación que Dios nos da, avivando los dones espirituales que recibimos de Él.
Somos sacerdotes en Jesús para interceder por nuestra familia, iglesia, nación y toda la humanidad.
B. Es una práctica diaria en la mañana y en la tarde.
C. Los elementos que la componen son, la oración: como olor agradable a Dios, el pan: su palabra en la meditación de nuestros corazones y la lámpara: la unción de su Santo Espíritu.
III. Retomando lo que hayamos perdido.
A. Haciendo las cosas con pasión.
Gritaron y sonaron las trompetas. Actuaron como un solo hombre en el momento determinado.
B. Viendo a Dios actuar en medio de nosotros.
Fueron medio millón de guerreros que cayeron.
C. Recuperando a Bet-el, Jesana y Efraín.
Esto es hacer de nuestra casa la casa de Dios, marcar un nivel para no retroceder; esto es Ebenezer, hasta aquí nos ha ayudado Dios y por último Efraín que significa en tierra de mi aflicción me hiciste fructificar.
En conclusión:
Para derrotar a gigantes necesitamos:
1. Entender el macro en el mundo espiritual, las promesas y pacto que Dios ha hecho con nosotros en Cristo Jesús y quitar el doble ánimo.
2. Ejercitarnos en las disciplinas de la oración, la palabra de Dios y la unción del Espíritu Santo.
3. Retomando lo que hayamos perdido, teniendo un encuentro con Dios en nuestras casas, esforzándonos por su fidelidad con nosotros y aceptando que las aflicciones nos hacen fructificar.
Un pequeño derribando a un gigante: el rey Abías
Hanssell Morúa
Hanssell Morúa 25 julio 2021
Roboam fue el cuarto rey que recibe el reino unificado de Israel y Judá, después de su padre Salomón. Éste al no escuchar el consejo de los ancianos, el reino […]
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