
Consejos salomónicos
Vamos a sacar algunos consejos del libro de Eclesiastés para aprender a disfrutar de la vida. Eclesiastés significa el asambleista. Lutero lo titula como el “Libro del Predicador.” La mayoría […]
Refugio contra el turbión Hanssell Morúa
Caminando en obras preparadas de antemano
Hanssell Morúa
El Dios misericordioso y poderoso
Hanssell Morúa
Disfrutando la buena Palabra de Dios y los poderes venideros. Hanssell Morúa
Caminando en paz: El rey Asa Hanssell Morúa
Un pequeño derribando a un gigante: el rey Abías Hanssell Morúa
Un reino sin gloria: Roboam Hanssell Morúa
Encontrar el favor de Dios nos trae plenitud. Pero, ¿Cómo lo puedo lograr? Será que Dios discrimina a unos y favorece a otros, como si El fuera un Dios caprichoso y egoísta. Estos son los argumentos de la serpiente antigua, trae engaño a nuestra mente y debemos desecharlos.
Quiero compartirles varios pasajes bíblicos y sacar algunas estrategias para desatar el favor del Señor.
Eclesiastés 2
26 “Porque al hombre que le agrada, Dios le da sabiduría, ciencia y gozo; mas al pecador da el trabajo de recoger y amontonar, para darlo al que agrada a Dios. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.”
I. Quite todo afán, obsesión y aflicción del corazón.
A. Tenga una práctica diaria de sacar un tiempo especial para pasar con su mejor amigo.
El corazón alegre es el combustible para pensar adecuadamente. En el pasaje vemos que primero es la relación de entrar en amistad con Dios. Los amigos disfrutan de verse, de hablar, aconsejarse, llamar la atención y hasta llamarse a cuentas cuando hay un peligro. Primero es agradarnos, luego podremos recibir de parte de la fuente, la sabiduría, soluciones a problemas, ciencia, aplicación de principios que traen beneficios y es
en un ambiente de alegría al disfrutar de su presencia. ¡Que bueno es sentir un abrazo cuando uno está afligido! Si estás preocupado ten esa conversación al cielo, vas a sorprenderte de los consejos que te va a dar.
B. Por otro lado, vemos que en los afanes podemos olvidar las promesas que Dios nos ha dado y ahogamos el poder de su Palabra como cardos y espinos, los cuales no permiten que esas buenas semillas den fruto. Si se logra un fruto sin la dirección de Dios, ocurre que otros son los que disfrutarán de la cosecha de nuestro trabajo. Hagámonos la pregunta ¿Es esto lo que Dios me ha mandado a hacer? Porque sino es una pérdida de tiempo y de recursos que otros van a disfrutar.
Romanos 9
16 “Por lo tanto, no depende del que quiere ni del que corre sino de Dios quien tiene misericordia.”
II. Aprenda a esperar en Dios.
A. En medio de la faena diaria haga un alto, un receso a media mañana y a media tarde para calibrar las intenciones del corazón.
Un receso pequeño nos hace vitalizar los sentidos y afinar el discernimiento, eso nos puede evitar ser estafados o seducidos por algo que nos desenfoca.
B. Esperar en Dios es estar dispuestos a cambiar de deseos porque hay caminos que para el hombre son buenos pero su final es muerte. “No depende del que quiere”. Al esperar en Dios, podemos hacer el examen para saber si nuestros deseos son correctos o no. Él puede encaminar nuestros deseos por cosas que son mejores. Así podemos desatar el favor del cielo.
Eclesiastés 4
4 “He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.
5 El necio cruza sus manos y come su misma carne.
6 Más vale un puño lleno con descanso, que ambos puños llenos con trabajo y aflicción de espíritu.”
III. Manténgase libre del exhibicionismo.
A. Tener un perfil bajo no es la política de las redes sociales.
Parece ser que tener mayor exposición se vuelve una necesidad para afirmar que somos personas exitosas. Lo que no nos damos cuenta es que esa actitud de “fachentear” o de ser jactancioso, nos cierra el favor del cielo y nos abre un infierno de nunca acabar. El pasaje nos habla sobre hacer algo y más cuando es excelente, éste hará que despierte envidia. Por eso, Jesús cuando hizo un milagro les decía que no se lo contaran a los demás. No debemos buscar la aprobación de otros, sino cumplir nuestro deber de hacer el bien. De lo contrario, vamos a experimentar aflicciones innecesarias por despertar envidia en los demás.
B. Cuando cumplimos con el deber de servir vamos a tener para nuestras necesidades.
Nos vamos a mantener diligentes sin caer en la vagancia así encontraremos el favor del cielo. Es como encargarse de los deseos de Dios y Él se encargará de nuestros anhelos. Al humilde exalta Dios.
Conclusión:
Para desatar el favor del cielo; debemos trabajar sin afanarnos buscando calibrar las intenciones del corazón con nuestro mejor amigo, Jesús, recibiendo sus consejos y alegría. Debemos aprender a esperar en Dios, esto nos va a evitar ser estafados y seducidos para desenfocarnos de nuestra vocación. Por último, mantenernos libres del exhibicionismo y así evitar la envidia de los demás, movernos por el deber de hacer el bien con diligencia y así poder encontrar que Él quiere contestar nuestros anhelos del corazón porque están a tono con los suyos.
Desatando el favor del cielo
Hanssell Morúa
Hanssell Morúa 28 febrero 2021
Vamos a sacar algunos consejos del libro de Eclesiastés para aprender a disfrutar de la vida. Eclesiastés significa el asambleista. Lutero lo titula como el “Libro del Predicador.” La mayoría […]
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