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Predicas Dominicales

Conciliando diferencias: Judá

Hanssell Morúa 27 junio 2021 59


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Jesús viene de la tribu de Judá que significa alabanza. Judá es el cuarto hijo de Jacob y Lea, fue un conciliador. Jacob lo bendice como cachorro de León que sería un rey y legislador hasta que llegara el Mesías (Gen.49:9-10). Vivió en medio de conflictos con sus hermanos, con su nuera Tamar, con su padre Jacob y José el gobernante de Egipto. Aunque también le tuvo envidia a su hermano José y no cumplió con la promesa de darle su hijo menor a Tamar, sin embargo, reconoció sus errores, buscó solucionar y enmendar su mal actuar.

Génesis 37: 26-27
26 “Entonces Judá les propuso a sus hermanos:
—¿Qué ganamos con matar a nuestro hermano y ocultar su muerte? 27 En vez de eliminarlo, vendámoslo a los ismaelitas; a fin de cuentas, es nuestro propio hermano.
Sus hermanos estuvieron de acuerdo con él.”

I. Un buen liderazgo se sobrepone a la envidia y el odio.

A. Los hermanos de José lo habían odiado porque Jacob lo amaba más que a ellos, por sus sueños y visiones sobre su liderazgo por encima de toda la familia.

B. La envidia había crecido en odio y el odio los llevaba a la posibilidad de matarlo.

Judá los hace reflexionar diciendo: “¿Qué ganamos con matar y ocultar?” Es una actitud muy común tirar la piedra y esconder la mano.

C. Judá les da una alternativa, venderlo como esclavo.

Negociar nos lleva a obtener un beneficio. Era una forma de hacerle restituir su actitud altiva con ellos alimentada por su padre y por su inexperiencia de juventud.

Génesis 38: 25-26
25 “Pero cuando la estaban sacando, ella mandó este mensaje a su suegro: «El dueño de estas prendas fue quien me embarazó. A ver si reconoce usted de quién son este sello, el cordón del sello, y este bastón».
26 Judá los reconoció y declaró: «Su conducta es más justa que la mía, pues yo no la di por esposa a mi hijo Selá». Y no volvió a acostarse con ella.”

II. Un buen liderazgo respeta los acuerdos.

A. El juicio empieza por casa.

Judá manda a quemar a la supuesta nuera adúltera que estaba embarazada. Pero se da cuenta que es él mismo el que la dejó embarazada.

B. Judá no había cumplido con su palabra de darle a su hijo menor por esposo por temor de que se muriera.

C. El pasaje nos habla que su primer hijo Er, fue malo ante los ojos de Dios y Él le quita la vida.

El segundo esposo Onán también el Señor le quita la vida por no querer dejar embarazada a Tamar teniendo solo relaciones con ella pero vertiendo en tierra. La conclusión errada de Judá lo llevó a no cumplir con el acuerdo pero al darse cuenta que Tamar era sagaz por tener descendencia reconoce que ella es más justa que él.

Génesis 43: 8-9
8 “Entonces Judá dijo a Israel su padre: Envía al joven conmigo, y nos levantaremos e iremos, a fin de que vivamos y no muramos nosotros, y tú, y nuestros niños.
9 Yo te respondo por él; a mí me pedirás cuenta. Si yo no te lo vuelvo a traer, y si no lo pongo delante de ti, seré para ti el culpable para siempre;”

Génesis 44: 32-34
32 “Como tu siervo salió por fiador del joven con mi padre, diciendo: Si no te lo vuelvo a traer, entonces yo seré culpable ante mi padre para siempre;
33 te ruego, por tanto, que quede ahora tu siervo en lugar del joven por siervo de mi señor, y que el joven vaya con sus hermanos.
34 Porque ¿cómo volveré yo a mi padre sin el joven? No podré, por no ver el mal que sobrevendrá a mi padre.”

III. El buen liderazgo se responsabiliza y da garantía de llevar acabo los procesos pactados.

A. Judá se responsabiliza por la vida de Benjamín ante su padre angustiado de perderlo.

La única forma de obtener más alimentos era trayendo al hermano menor.

B. Judá intercede ante José pidiéndole no retener a su hermano y proponiéndole quedarse él en sustitución para evitar la muerte de su padre por la tristeza de perderlo.

C. Judá actuó con diligencia y pagó el precio a pesar de sufrir las desventajas en su propia carne.

Conclusión:

Judá heredó el liderazgo de todos los hijos de Jacob porque asumió servir a sus hermanos como un conciliador. El mejor liderazgo lo hizo nuestro Señor porque tomó nuestros errores y los llevó en su propio cuerpo llevando nuestra maldición en la Cruz. Judá nos recuerda al verdadero León de Judá: que venció al que nos envidia y odia, siendo este nuestro adversario que nos quiere matar. El Señor siempre cumple sus promesas y nunca miente, nos da la garantía de la vida eterna dándonos de su mismo Espíritu Santo.

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    Conciliando diferencias: Judá
    Hanssell Morúa

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