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Predicas Dominicales

Alineamiento celestial: tiempo, persona y lugar preciso

Hanssell Morúa 12 marzo 2023 223


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Jesús caminó en el tiempo perfecto de Dios: ni antes ni después.  Todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su tiempo y su hora.  Pedro tuvo que aprender esto.  Pareciera que fue el discípulo el cual  estuvo más cerca de Jesús y aún así se vio en más problemas por no estar alineado con la visión celestial.  Es en el tiempo, en el lugar y con las personas precisas que suceden los milagros.
“Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo. Le dijo Simón Pedro: Señor, no solo mis pies, sino también las manos y la cabeza. Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis.”
‭‭Juan‬ ‭13‬:‭8‬-‭10‬ ‭RVR1960‬‬
I. No me lavarás los pies jamás.
A. El alineamiento celestial empieza cuando quitamos los prejuicios.
Queremos emitir un juicio antes de tiempo, sin haber estudiado las cosas, sin dejar que Dios nos aclare las cosas.  Esto sucede, porque nos acostumbramos a hacer las cosas de una forma sin antes consultarle al Señor la estrategia.
B. Debemos tener una mente abierta y quitarnos el ser tan radicales como lo fue Pedro.
Nunca retes a Dios diciéndole jamás haré eso.  Jesús le estaba enseñando una nueva manera de hacer las cosas a sus discípulos; siempre revolucionando nuestra manera de hacer las cosas. Él trajo el poder del cielo aquí en la tierra.  Esto sucede cuando nos alineamos con el cielo.
C. Sino te lavare, no tendrás parte conmigo.
Solo Jesús nos puede limpiar de toda contaminación.  Él fue el único Hijo de Dios que caminó sin equivocarse.  Debemos dejar que Él nos cambie la forma de hacer las cosas, sino no podremos disfrutar de sus milagros.
II. No solo los pies, sino también las manos y la cabeza.
A. Las medidas son justas.
Pedro quería añadir las manos y la cabeza.  Primero quería quitar algo del proceso de Dios y luego quería añadir algo.  El alineamiento es precisamente entender la medida justa, ni más ni menos.
B. Se nace físicamente y espiritualmente solo una vez.
Jesús le estaba explicando que Él había nacido de nuevo, que las manos y la cabeza tenían ya la naturaleza nueva de Dios  por haber recibido de su Palabra.  La Palabra mantiene los pensamientos alineados al mundo espiritual.  Podemos entender su palabra cuando recibimos su Espíritu en nosotros.  Así lo que pensamos y hacemos van de la mano cuando renovamos nuestros pensamientos, sin embargo,  necesitamos tener un alineamiento diario en el caminar para no desviarnos.  Son pequeños ajustes solamente lo que tenemos que hacer.
Conclusión:
El alineamiento celestial nos hace depender totalmente de Dios:  primero nos rompe los prejuicios para así ver las cosas a través de una nueva óptica; Él es el Señor no nosotros. Segundo, debemos asumir nuestra responsabilidad de recibir su Palabra por la fe, así se alinea lo que pensamos con lo que hacemos y vivimos con una conciencia limpia.
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