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Predicas Dominicales

Recuperando el paraíso perdido

Hanssell Morúa 6 marzo 2023 81


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Me viene el recuerdo de un pasaje donde Jeremías reprendía a los líderes de Israel, pues hacían las cosas con liviandad.  Estos hablaban de paz y no había paz.  Hoy les quiero hablar de cómo recuperar ese paraíso perdido que hizo Dios para Adán y Eva y que ellos perdieron por escuchar mentiras.
“Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz. Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos. Puse también sobre vosotros atalayas, que dijesen: Escuchad al sonido de la trompeta. Y dijeron ellos: No escucharemos.”
‭‭Jeremías‬ ‭6‬:‭14‬, ‭16‬-‭18‬ ‭RVR1960‬
I. Paraos en el camino.
A. Hacer un alto es tener un tiempo para reflexionar cuando nos sentimos agobiados.
No se puede pensar bien cuando estamos angustiados.
B. ¿Cómo tratamos la heridas del corazón?
¿Queremos soluciones rápidas que no dan buenos resultados, esto es liviandad o queremos profundizar para sanar nuestras heridas y llegar a estar en paz?
C. Cuando no logramos llamar las cosas por su nombre, nunca vamos a poder tener claridad, ni saber cuál es nuestra responsabilidad en el proceso de restauración.
“ Diciendo paz, paz; y no hay paz.”
II. Mirad y preguntad por las sendas antiguas.
A. Mirar es recuperar una visión de Dios.
El Señor nos revela por qué se repiten patrones de engaño cuando realmente prestamos atención.  Es como desatarse de un lazo que nos mantenía prisioneros.
B. Las sendas antiguas es el plan inicial de Dios para el hombre.
Es analizar cómo empezamos a caminar con Dios y por dónde nos desviamos del plan original.   Es un ejercicio de evaluación.
C. Cuál sea el buen camino y andas por él.
Tenemos muchos ejemplos de hombres de la Biblia con los mismos problemas que nosotros tenemos pero que aprendieron a caminar por el buen camino.
III. Librándonos del “no andaremos” y “no escucharemos”.
A. El corazón rebelde, endurecido es el que no acepta responsabilidad de las cosas malas que ha sembrado.
Todos podemos empezar con cosas pequeñas para luego añadir más.  Así empezamos a ver una diferencia.  El andar es una práctica de un paso a paso.  Cada paso cuenta para mantener una vida abundante y llena cada día de más paz.
B. El escuchar es clave para mantenernos enfocados.
Es maravilloso como Dios no solo nos abre los ojos para ver el mundo espiritual; sino que también nos sigue hablando constantemente para mantenernos con las palabras, la conducta, la fe y el espíritu correcto.
Conclusión:
Recuperamos el paraíso de la vida cuando:
1. Hacemos un alto en medio de la angustia.
2. Miramos y preguntamos por esos ejemplos de hombres de fe que están en los pasajes de la Biblia.
3. Implementamos pequeños pasos acorde a ese camino y seguimos escuchando la voz de nuestro Señor.
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