Cada vez que nos encontremos en una prueba estamos a punto de alcanzar la bendición de Dios. En el relato de hoy tenemos a Abraham siendo probado por Dios. La fe le permitió a Abraham actuar en obediencia cuando Dios le pidió que le entregara a su hijo como una ofrenda. Dios quiere darnos una vida de libertad donde podamos caminar sin ataduras de ningún tipo. Hemos hablado de la actitud de declarar que somos extranjeros y peregrinos en esta vida. Esto quiere decir que lo que esperamos es una transformación
de lo terrenal en algo celestial aquí y ahora. Esto le sucedió a Abraham. A través de ver, creer, saludar y confesar la voluntad de Dios, la fe se activó y pudo alcanzar la bendición de Dios.
“Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito, habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; pensando que Dios es poderoso para levantar aún de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir.”
Hebreos 11:17-19 RVR1960
I. La bendición se alcanza cuando entregamos nuestra vida a Dios.
A. Abraham pudo entregar a su hijo en sacrificio porque vio el poder de la resurrección de Dios. Para poder experimentar el poder de Dios debemos primero morir a nosotros mismo para ver el plan perfecto de Dios. Este primer paso es ver en todo lo que hagamos el poder de la resurrección. Para activarlo debemos morir a nosotros mismo. Es una transacción damos nuestra vida a Dios y Él nos devuelve la vida de Jesús en nosotros.
B. Abraham vio y creyó la promesa de Dios que en Isaac le daba una descendencia.
Así visualizó el poder de la resurrección de levantar a Isaac de la muerte.
No
II. La bendición de Dios se alcanza cuando confesamos lo que vemos por la fe.
“Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros. Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos.”
Génesis 22:5, 8 RVR1960
A. Abraham confiesa que primero van a adorar a Dios y luego iban a regresar.
Cuando adoramos a Dios lo que importa es cumplir su voluntad y no la nuestra. Es un momento donde somos liberados de nuestras limitaciones y podemos ver los recursos del cielo.
B. La segunda confesión que Abraham hace es: “en el monte Dios proveerá el cordero para el sacrificio”, esto es en el momento de enfrenta una necesidad material.
El hijo le preguntó por el sacrificio.
C. Así fue como en una forma sobrenatural Dios le dio a Abraham lo que necesitaba.
El cordero estaba enredado entre unas ramas. Esta figura es la misma de Jesús. El cordero de Dios que murió en lugar de nosotros. Así podemos alcanzar la bendición de Dios y llenar todas nuestras necesidades.
Conclusión:
Para alcanzar la bendición de Dios debemos entregar nuestras ideas, sueños y anhelos delante de Dios en adoración. Así lo hizo Abraham sin dudar. Abraham no se apoyó en su propia prudencia y pudo ver el poder de la resurrección. En segundo lugar, se mantuvo confesando el propósito de Dios para su vida y así alcanzó la provisión de Dios para obedecer. La bendición lo alcanzó y apareció el cordero para el sacrificio. La provisión viene cuando adoramos a Dios y somos obedientes con lo que Él nos manda a hacer aún si es sacrificar algo que amamos con todo el corazón.
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