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Predicas Dominicales

La incomprensible misericordia de Dios: David y Betsabé

Hanssell Morúa 18 julio 2021 399


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La historia de David y Betsabé nos habla de las inconsistencias del ser humano. David abusa de su autoridad como rey y manda a traer a Betsabé, esposa de Urías, después de codiciarla al verla bañarse desde su casa. Buscando esconder que había quedado embarazada de esa relación, manda a traer a su esposo Urías para que se acueste con su esposa, pero él no lo hace por fidelidad a quienes estaban en batalla. Al no tener éxito lo manda a matar, dándole instrucciones al capitán Joab para que lo dejaran solo al frente de batalla; esto lo hace por medio de una carta que envía en manos del mismo Urías. Luego de muerto Urías, toma a Betsabé por esposa. Dios no se agrada de esto y manda al profeta Natán a confrontarlo y logra su arrepentimiento. David es redimido de la muerte y mantiene su reino, sin embargo, las consecuencias de su mala siembra la vive continuamente en su casa dividida, llena de intrigas y muertes.

II Samuel 12: 7-10, 13-14

7 “Entonces Natán le dijo a David:
—¡Tú eres ese hombre! Así dice el Señor, Dios de Israel: “Yo te ungí como rey sobre Israel, y te libré del poder de Saúl.
8 Te di el palacio de tu amo, y puse sus mujeres en tus brazos. También te permití gobernar a Israel y a Judá. Y por si esto hubiera sido poco, te habría dado mucho más.
9 ¿Por qué, entonces, despreciaste la palabra del Señor haciendo lo que le desagrada? ¡Asesinaste a Urías el hitita para apoderarte de su esposa! ¡Lo mataste con la espada de los amonitas!
10 Por eso la espada jamás se apartará de tu familia, pues me despreciaste al tomar la esposa de Urías el hitita para hacerla tu mujer”.

13 “—¡He pecado contra el Señor! —reconoció David ante Natán.
—El Señor ha perdonado ya tu pecado, y no morirás —contestó Natán.
14  Sin embargo, tu hijo sí morirá, pues con tus acciones has ofendido al[a] Señor.”

I- La misericordia de Dios nos alcanza cuando tenemos un corazón quebrantado.

A. ¿Por qué menospreciaste la palabra de Dios?

La palabra que Dios pone en nuestros corazones nos guarda de no caer. Esto es algo en lo que debemos trabajar diariamente. Cada día tenemos que comer de esos buenos pensamientos que salen del corazón de Dios. El pecado es algo que nace en el corazón; empieza con un mal deseo que nadie lo ve. Solo Dios que todo lo ve. Cuando se cae en un menosprecio de cultivar esa relación con Dios, perdemos el deleite y nos desenfocamos de lo que tenemos que hacer, ahí empiezan las luchas en la mente. Estamos ya seducidos por los placeres. Es una espiral de nunca acabar.

B. Haciendo lo que le desagrada.

Después del menosprecio empiezan las malas decisiones. David tuvo una arrogancia. Los planes en nuestra propia sabiduría caen. La humildad nos permite ver cuando nos equivocamos y nos damos cuenta de que necesitamos ayuda de Dios para salir adelante.

C. Debemos confesar nuestros pecados y exponerlos a luz.

David termina condenándose a sí mismo diciendo: tal hombre es digno de muerte y debe pagar cuatro veces la oveja. Natán lo confronta diciéndole, tal hombre eres tú. La confrontación requiere tener un corazón de amigo. Solo cuando hay misericordia se puede recibir la verdad. Esta es la base de la liberación que encontramos en Jesús. El juicio del hombre es más severo que el de Dios. David se humilla y reconoce su pecado, Dios lo libra de la muerte. El confesar nuestros errores nos pone en el camino de reconocimiento y reconstrucción de nuestro actuar. Dios está interesado en la disciplina para corregirnos y llenarnos de plenitud.

II- La misericordia de Dios nos alcanza cuando en medio del éxito nos humillamos más.

A. David menospreció la palabra de Dios en medio del éxito.

1. Lo ungió para gobernar.
2. Lo libró de Saúl.
3. Lo puso en un palacio.
4. Le dió familia.
5. Le trajo unidad.

Los éxitos lo adormecieron, se llenó de autosuficiencia, planeó todo dejando a Dios por fuera como si fuese dueño de su propia vida. Cuando esto sucede estamos alejándonos de Dios.

B. El dejar de depender de Dios perdemos el poder de conquista y no alcanzamos todo lo que Él nos quería dar, “te habría dado mucho más.”

Conclusión:
La base para alcanzar la misericordia de Dios está en el quebranto de corazón y el humillarnos más a medida que Dios nos vaya bendiciendo. El caminar con paciencia y humildad nos hace aprender de los resultados que Dios trae y entender por cuál camino seguir. El éxito nos debe llevar a estar vigilantes de no caer en soberbia y orgullo porque sino vendrá después la caída.

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    La incomprensible misericordia de Dios: David y Betsabé
    Hanssell Morúa

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