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Columna de nube y de fuego
Empezamos Año Nuevo. Deseamos guía para tener un buen año. Con tantos cambios que tuvimos que hacer el año pasado, quedamos pensando en no tener que sufrir pérdidas innecesarias. Si […]
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Estamos viviendo en una época de cambio. Pensamos que con la vacuna del virus las cosas vuelven a la normalidad, pero no es así. El cambio es la normalidad. Lo mismo le pasó al pueblo de Israel cuando salieron de la esclavitud y ya era un pueblo libre. Sin embargo, en su mente seguía siendo esclavo. Entonces, ¿Cómo podemos vivir adecuadamente en medio de un cambio constante? más aún cuando el cambio es abrupto.
Dios es el Señor de los tiempos y Él produce cambios para avanzar en su propósito. Pongamos en práctica principios sencillos y tengamos una vida que alcanza esos buenos propósitos.
Daniel 2:20-22
Reina-Valera 1960
20 “Y Daniel habló y dijo: Sea bendito el nombre de Dios de siglos en siglos, porque suyos son el poder y la sabiduría.
21 El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos.
22 El revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y con él mora la luz.”
Éxodo 24:18
18 “Moisés entró en la nube, subió al monte, y allí se quedó cuarenta días y cuarenta noches.”
I. Hay que tener un encuentro con Dios para conocer ese propósito específico en la vida a nivel personal.
A. Moisés tuvo un encuentro con Dios y eso produjo un cambio maravilloso en su vida. Fueron cuarenta días y cuarenta noches.
Constantemente necesitamos renovar nuestro pensamiento.
Cuarenta días y cuarenta noches nos enseña que debemos perseverar. No es en un día, ni en una semana, ni en un mes que logramos el diseño de los proyectos que queremos hacer. Debemos investigar, ver opciones y luego escoger lo mejor. No tenga temor de equivocarse, el Señor estará contigo dándote entendimiento y nuevas revelaciones. Se aprende caminando con Dios, busque ese tiempo, apartándose para escuchar la voz de El en su vida. El pone buenos deseos, proyectos, visiones, sueños específicos para su vida.
B. Hay que evitar la impulsividad que tuvo el pueblo. Cuando somos impulsivos nos quejamos con facilidad, tomamos decisiones inadecuadas y causamos divisiones.
II. Hay que entrar en la nube de Dios para ser transformados.
A. A través de la sangre de Jesús.
Moisés primero hizo un altar, sacrificó corderos y derramó sangre para poder santificarse. Jesús murió por tus pecados y ahora puedes entrar en la misma presencia de Dios Padre porque mayor que la sangre de corderos es la sangre del Hijo de Dios.
Antes de empezar un tiempo a solas con Dios reconozca que la sangre lo ha limpiado de todos sus errores para poder hacer cambios necesarios en la vida. Cuando Moisés entraba en la nube su cuerpo cambiaba y resplandecía. Cuando tomas tiempo para entrar en la presencia de Dios tus pensamientos son renovados, empiezas a ver la vida diferente y con libertad. Se empiezan a romper fortalezas mentales.
B. A través del Espíritu Santo que nos revela a Jesús.
Mateo 17:1-5
1″Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto;
2 y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz.
3 Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él.
4 Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías.
5 Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.”
Jesús es mayor que Moisés. En Él podemos experimentar una transformación aún mayor que la que tuvo Moisés si aceptamos la invitación de subir con Él a ese monte alto de oración, ahí van a suceder cosas extraordinarias de su amor poderoso que transformará nuestras vidas.
Conclusión:
Para alcanzar buenos propósitos en una vida de cambios necesitamos renovar nuestro entendimiento en la presencia de Dios. Debemos entender que los cambios en estos tiempos los trae Dios para que nos volvamos a Él. Quiere que aceptes la invitación para transformarte desde lo interior, a través de un proceso que toma tiempo y perseverancia en oración, reconociendo que la sangre de Jesús te hace entrar en la misma presencia del Padre. Ahí podrás recibir un diseño nuevo y libre de tus experiencias anteriores. La nube del Espíritu de Dios te revelará las misma palabra de Jesús para tu vida.
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Viviendo en el cambio
Hanssell Morúa
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