¿Cómo podemos vivir libres de ansiedad?
Creo que en este mundo es imposible. Sin embargo, el Señor dijo: “en el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.”(Juan 17:13)
La repuesta está en confiar en la victoria de Cristo Jesús y en la Cruz. Ahí es donde Jesús venció al príncipe de este mundo. Es en este maravilloso hecho donde experimentamos una liberación que debemos aplicar constantemente.
La conciencia de este fundamento opera en nuestra vida, un verdadero milagro: recuperamos una paz que sobrepasa todo entendimiento.
“No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio. Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.”
1 Timoteo 4:14-16 RVR1960
I. No descuides el don.
A. Dios reparte dones espirituales a cada uno en particular como Él quiere.
Muchas veces estos operan sin ser percibidos como tales.
B. En la iglesia operan los dones proféticos, por medio de la imposición de manos oramos por las personas y reciben esos regalos de la gracia de Dios.
C. La ansiedad se quita cuando dejamos que esos dones espirituales empiecen a operar, a través de nosotros por medio de la fe.
II. Ocúpate en estas cosas.
A. Tenemos un tiempo limitado y es por eso que necesitamos enfocarnos en las prioridades de nuestra vocación.
Ocuparse de los dones espirituales nos trae descanso, porque obtenemos inspiración, visión y avivamos el ánimo con el que trabajamos.
B. Permanece en ellas.
Parece que Timoteo empezó muy bien ejercitando sus dones espirituales. Él fue quien asistió a Pablo en la cárcel, aún así el ministerio creció. Sin embargo, podemos desenfocarnos y entrar en un activismo sin dirección ni revelación.
C. El resultado de ocuparse y permanecer es el aprovechamiento manifiesto a todos.
El beneficio es contundente para todos. Los logros nos llenan de satisfacción y quitan la ansiedad.
III. Te cuidado de ti mismo.
A. Duerma bien, coma bien y mantenga una vida de ejercicio físico.
Que fácil nos descuidamos. Volvamos de nuevo al camino y disfrutemos de su favor.
B. El cuidarse empieza por una sana doctrina.
Los pensamientos se renuevan con misericordia, sin condenación. Esto nos trae paz en el corazón. Los discípulos de Jesús aprendieron un nuevo estilo de vida, la experiencia se transmitió y esa fue la doctrina. Cada comunidad tiene su experiencia a través del Espíritu y los resultados no van guiando a una vida de mucho fruto y salvación.
Conclusión:
Es casi imposible, no experimentar ansiedad pero tenemos confianza en Dios, Él ya venció todo obstáculo en este mundo a nuestro favor. Así nos ejercitamos en los dones espirituales prioritariamente: ocupándonos, permaneciendo para tener aprovechamiento. Por último, nos cuidamos personalmente y buscamos una sana doctrina, esto nos traerá mucho fruto y una vida libre de ansiedad.
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